Diseñar uniones adhesivas resistentes

Las uniones en inglete son comunes en numerosas aplicaciones. Cuando se aplica una fuerza, existe cierta resistencia mecánica; sin embargo, existe también una gran cantidad de esfuerzo de desgarro fuera de plano en el plazo de palanca. Al igual que las configuraciones de unión en T, estas uniones suelen ser muy resistentes y duraderas cuando se utilizan métodos de fijación mecánicos o térmicos.

Como sucede con la modificación de las uniones en T, las uniones en esquina pueden mejorarse añadiendo un mecanismo de enclavamiento (por ejemplo, una unión de bridaje) para distribuir las tensiones dentro de plano por el adhesivo. Como sucede con otras juntas aptas para adhesivos, el esfuerzo de desgarro se convierte en esfuerzo de cizalladura, al tiempo que mantiene la ventaja mecánica de los postes y vigas.

Los empalmes de extremos cuadrados son una práctica común de soldadura para montar dos placas de lado a lado. Se utilizan fijaciones de doble acción con placas de unión para unir dos paneles de grandes dimensiones en aplicaciones de carpintería (por ejemplo, en encimeras de laminado).

Estos diseños de uniones a menudo son suficientes para fijaciones térmicas o mecánicas, pero, al igual que las uniones de tubo sobre tubo, someten al adhesivo a una tensión innecesaria. Las uniones de solapamiento son una de las uniones adhesivas industriales más comunes, ya sea para ensamblar dos paneles, para unir paneles a marcos, o para comparar adhesivos con fines de diseño o de I+D. El esfuerzo de desgarro procedente de un empalme de extremos ahora se convierte principalmente en un esfuerzo de cizalladura aplicado a través de la superficie de unión, si bien aún podría existir cierto esfuerzo de desgarro.