La pérdida de audición se caracteriza por ser irreversible y ocurrir de manera gradual. Aun así, los equipos de protección auditiva nos protegen contra este problema tan frecuente de una manera eficaz, por lo que podemos decir que la pérdida de audición es irreversible, pero completamente evitable.
Los equipos de protección auditiva atenúan el nivel de sonido que penetra en el oído, por lo que si un equipo tiene una protección de 15 decibelios (dB) y el nivel de sonido del entorno es de 90, tu oído percibirá 75 dB, cifra que garantiza la mejor protección (entre 75 y 80 dB) cuando el oído está protegido.
Estos niveles de protección sólo se pueden asegurar si el usuario utiliza su equipo de protección auditiva durante todo el tiempo que está expuesto a altos niveles de sonido. Por ello es importante asegurar que el usuario realice un buen ajuste de su EPI y que el mismo garantice una comodidad extra para que no tenga que ser retirado.
De no estar protegido todo el tiempo, el usuario verá mermado el efecto de atenuación del equipo de protección auditiva gravemente, y por lo tanto de la protección efectiva del mismo. Esta reducción de la atenuación se produce rápidamente en cortos periodos de tiempo, como, por ejemplo: si un equipo de protección auditiva protege 30 dB durante toda una jornada de 8 horas, con el simple hecho de no llevarlo puesto durante 30 minutos, su efecto de atenuación se ve reducido hasta llegar a los 12 dB, por lo que protegerá menos de la mitad de lo que protege realmente.
En definitiva, si se quiere proteger la audición del usuario al 100%, aparte de llevar puesto el equipo de protección auditiva durante todo el tiempo que esté expuesto a altos niveles de sonido, deberá escoger un EPI adecuado a las características de la actividad realizada y el entorno al que esté expuesto, así como realizar un completo programa de formación en el que se explique las características, beneficios y forma de uso y ajuste del EPI adecuados. Todo ello, previamente supervisado por una persona competente en la materia, y habiendo seguido un programa de protección que incluya una evaluación completa de riesgos y una implementación de medidas organizativas y técnicas pertinentes.